domingo, 5 de junio de 2011

Naive.

Es frustrante ver como todo lo que construyes se desmorona. Te siente solo, te sientes abandonado, echado a la suerte de algún astro que se te cruce. Estás nervioso, estás histérico, estás tan tembloroso que no puedes ni atinar a escribir una palabra de más de dos sílabas bien, y tienes que apretar "backspace" tantas veces que hasta te viene el tic de extender tu meñique derecho. Creías que todo se podía, que nada iba a cambiar, que estaría todo igual por mucho tiempo, más del que te animaras a contar, navidad allá, año nuevo acá. Y de pronto, un sms te altera la psiquis, y empiezas a ver fantasmas por todas partes. ¡Oh!, los fantasmas, volvieron, y creo que para ir quedándose de a poquito, uno a uno. Ahí viene uno, dice que tengo que quedarme con el nudo en la garganta durante todo el día, jodiéndome y esperando lo peor. En fin, tal vez esta es solo la primera de muchas entradas desanimadoras, o tal vez tan solo soy un polotudo que se hace la cabeza por un mensaje de texto. En cualquiera de los dos casos, algo tendría que hacer, y ese algo creo que comienza con afeitarme y bañarme. Ah, y viviendo la magia mientras dure, ya que cuando comience a escasear, ahí es cuando se arma la gorda.

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