martes, 26 de noviembre de 2013

La eternidad en un instante.

Acto seguido me quité las gafas, me recosté sobre el blanco médano y comencé a introducir lentamente mis dedos en la tibia arena. Primero fueron los de las manos, luego los de los pies. La duna se moldeaba con cada movimiento que daba, deslizándose plácidamente entre mis extremidades. Cerré los ojos y dejé que el sol bañase con su luz mi desnudo cuerpo, el suave murmullo del mar se escuchaba a lo lejos y el viento apenas llegaba a ser un suspiro. Sentí el latido de mi corazón, sentí el latido de la Tierra, y dejé que el primero adquiriera el compás del segundo. Vibrando con la misma intensidad, la energía que fluía dentro de mí empezó de a poquito a salir por la punta de mis dedos y a colarse entre los granitos de arena que me rodeaban, dejando paso a la proveniente del lugar para que inundase mi ser. Mi cuerpo no tenía ya ni principio ni fin, lo era todo y a la misma vez no era nada. 
Era como vivir la eternidad en un instante.




martes, 5 de noviembre de 2013

I try.

Partida la tierra, el abismo que nos separaba cada vez se hacía más grande. Tan grande, que mirando al otro lado ya no era capaz de reconocer tu cara desdibujada por la distancia. La soledad que me propició tu partida se sintió interminable, tanto que ya dudaba de volver a ver tu rostro otra vez. 
Afortunadamente, la felicidad, ese minúsculo rayito de sol capaz de calentar a la más desprotegida de las almas, llegó deslizándose entre tus palabras, inundando mi ser, alegrándome.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Plata.

Oh, ¡tiempo! Cómplice del olvido y eterno enemigo de la memoria, no te vuelvas en mi contra. No hagas de esta última un puñado de recuerdos inexactos y errantes. No nubles mi vista con odio, llanto y dolor. No permitas que las arenas se escurran entre mis dedos.
Detente por un instante y permíteme estar en calma. Déjame respirar, no oprimas mi pecho. No te vuelvas anacrónico. Evita que añore más aquello que nunca llegaré a vivir, que aquello que en cambio sí viví.
Y déjame, por un momento tan sólo, despojarme de todo, y que fugazmente su cálido abrazo vuelva a llenar de luz cada rincón de mi ser.
Hoy tendrías 25, ayer 21.
Y florecerás en cada en primavera.






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miércoles, 23 de enero de 2013

Cobarde.


Abro el Word. ¿Qué escribo? No sé, no me importa. Nada importa, ¿o sí? Sí, muchas cosas importan. Más de las que yo creo, más de las que quiero creer. Porque al fin y al cabo, si algo importa hay que luchar por ello, ¿no? Eso es lo que me enseñaron: persigue tus sueños, no vivas la vida que suponías vivir, vive la que realmente disfrutes, y no importa si fallas, no importa si al final el resultado no era el que esperabas, porque al menos sabes que intentaste, que lo hiciste, que quisiste, pero bueno, esta no salió, no pudiste. La próxima será. Porque el gustito ácido en la base de la garganta, el nudo en el estómago, surgen gracias a esa sensación de “y si lo hubiese probado”, “¿qué hubiese pasado si…?”.
Yo me cansé de perder oportunidades, de desaprovechar situaciones, personas, sensaciones por no tener el coraje para lanzarme del risco teniendo quizás un colchón debajo para amortiguar mi caída, unos brazos abiertos, algo esperándome. Porque al fin y al cabo, por más cliché que sea, el que no arriesga no gana.

sábado, 12 de enero de 2013

El camino de la vaca.


Un film de Joaquín Pereira.


      La historia se sitúa en el medio rural canario, siendo el título una gran metáfora acerca de la migración de la característica modalidad local de chacras a la intensiva producción ganadera, comparándose el camino recorrido por el campesino a través de años de adaptación y apropiamiento de modelos más sustentables; y el del animal sobre la tierra. Cabe destacarse que ambos caminos están marcados por una duración en el tiempo, con el mismo recorrido, de considerable duración, habiendo igual hechos significativos que lo fuerzan a este a modificarse y dar lugar a un sendero nuevo, conservando estos las características de los anteriores, hasta que el ciclo vuelve a darse.

    A simple vista puede considerarse como un simple documental, con un toque de focalización en la historia. Pero lo cierto es que actualmente son la soja y  la forestación los que han desplazado a las chacras, por ello es que al comienzo de la película tendrá el aviso de “los hechos y personajes son ficticios, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia”. El público objetivo no tendrá la más puta idea de la situación agroganadera del departamento de Canelones e irá a ver el largometraje con fines educativos, al leer este anuncio darán con que se encuentra frente a un film de ciencia ficción, volándoseles la peluca y haciendo de mi creación un rotundo éxito.