miércoles, 23 de enero de 2013

Cobarde.


Abro el Word. ¿Qué escribo? No sé, no me importa. Nada importa, ¿o sí? Sí, muchas cosas importan. Más de las que yo creo, más de las que quiero creer. Porque al fin y al cabo, si algo importa hay que luchar por ello, ¿no? Eso es lo que me enseñaron: persigue tus sueños, no vivas la vida que suponías vivir, vive la que realmente disfrutes, y no importa si fallas, no importa si al final el resultado no era el que esperabas, porque al menos sabes que intentaste, que lo hiciste, que quisiste, pero bueno, esta no salió, no pudiste. La próxima será. Porque el gustito ácido en la base de la garganta, el nudo en el estómago, surgen gracias a esa sensación de “y si lo hubiese probado”, “¿qué hubiese pasado si…?”.
Yo me cansé de perder oportunidades, de desaprovechar situaciones, personas, sensaciones por no tener el coraje para lanzarme del risco teniendo quizás un colchón debajo para amortiguar mi caída, unos brazos abiertos, algo esperándome. Porque al fin y al cabo, por más cliché que sea, el que no arriesga no gana.

sábado, 12 de enero de 2013

El camino de la vaca.


Un film de Joaquín Pereira.


      La historia se sitúa en el medio rural canario, siendo el título una gran metáfora acerca de la migración de la característica modalidad local de chacras a la intensiva producción ganadera, comparándose el camino recorrido por el campesino a través de años de adaptación y apropiamiento de modelos más sustentables; y el del animal sobre la tierra. Cabe destacarse que ambos caminos están marcados por una duración en el tiempo, con el mismo recorrido, de considerable duración, habiendo igual hechos significativos que lo fuerzan a este a modificarse y dar lugar a un sendero nuevo, conservando estos las características de los anteriores, hasta que el ciclo vuelve a darse.

    A simple vista puede considerarse como un simple documental, con un toque de focalización en la historia. Pero lo cierto es que actualmente son la soja y  la forestación los que han desplazado a las chacras, por ello es que al comienzo de la película tendrá el aviso de “los hechos y personajes son ficticios, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia”. El público objetivo no tendrá la más puta idea de la situación agroganadera del departamento de Canelones e irá a ver el largometraje con fines educativos, al leer este anuncio darán con que se encuentra frente a un film de ciencia ficción, volándoseles la peluca y haciendo de mi creación un rotundo éxito.