Mañana en casa.
¡Oye! ¡Hey! ¡Gorda! Despierta. Te espera un largo día.
Hoy vas a tener que mirarte al espejo y decirte: ¡Qué cara' están las papas, che! Te vas a bañar, y mientras lo hagas, recorrerás toda la extensión de tu cuerpo con tus regordetes dedos, notando lo mucho que te cuesta llegar al extremo de ciertas extremidades y como hay partes de tu enorme cuerpo que se agrandan con el paso de los días, pero que mintiéndote descaradamente a ti misma, las sientes y te dices: me hinché.
Del ropero eliges aquel vestido ancho, de lineas verticales que tanto te gusta y que tanto usas para, como ya todos saben, disimular la contundente pelota que cargas a todas las partes.
Tomas tu bolso y saltas (bah, más bien caminas) a la siguiente habitación. La sartén cruje, la taza ya está cargada de café, los huevos van tomando color gracias a la innecesaria cantidad de manteca que les has puesto, y tú te arrimas contenta a la mesada de la cocina para manducarte toda esa enormidad de comida que devoras vorazmente en un abrir y cerrar de ojo. Tu estómago cruje un poquito, haces un corta parada en el baño, y te pones el saco negro que te regalaron para navidad.
Abres la puerta, y te vas a la parada del colectivo.
Otro capítulo comienza, éste de cierra.
Hhahahaha qe hdp . . . aunqe eso es tipico en algunas mujeress, como te dije qe ice la loca de mierda, no hay nada peor qe cordas corriendo, si queres adelgazar corre o cerra el buche!
ResponderEliminarHermoso día contigo, te quiero muchisimo♥
Hahahaha, mismo, eh!? La verdad es que la rompe mal xD Eso de que corra, no camine, lo agregaré después en otro capítulo.
ResponderEliminarHermoso todo, te quiero muchísimo más ♥